jueves, 29 de diciembre de 2011

Testimonio

A mi pareja y a mí nos gusta ir a caminar por la naturaleza. Ambos vivimos en la ciudad. Por ese motivo,  cuando coincide nuestro día libre, corremos raudos y presurosos a cualquier rincón natural de nuestra geografía. El pasado día 25 de diciembre salimos de excursión. Cuál fue nuestra sorpresa, cuando al pasar junto a una Masía del pre-pirineo catalán, un perro; de marca "Labrador", empezó a ladrarnos de manera desafiante e incluso se acercó a unos ocho metros de nosotros mostrando una rara intención (entre homicida, alarmante y/o deseosa de compartir sus conocimientos de las relaciones cannis-humanus con nosotros). La persona con la que comparto fidelidad junto a relaciones sexo-afectivas y yo, aceleramos el paso hasta quedar fuera del alcance del animal. Una vez lejos de este, nos sentamos bajo un cedro e iniciamos un lento proceso de recuperación emocional que nos llevó algunos minutos. Luego todo transcurrió como habíamos previsto... Pero entre ustedes y yo, desde entonces: Nada ha vuelto a ser lo mismo.
Fotografía tomada minutos antes del funesto incidente.
Nota:
A pesar de ser 25 de diciembre y a pesar de estar de ruta por el pre-pirineo catalán:
Mi pareja y yo somos inmunes al frío

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