miércoles, 25 de enero de 2012

¡buf!

Tengo problemas, son problemas normales, pero problemas al fin y al cabo.Dificultan mi existencia, a veces más,a veces menos. Es como tener siempre molestias físicas, no sé, ningún día es plenamente satisfactorio. Por ejemplo, la otra noche, antes de acostarme, quise hacer una infusión. Contra todo pronóstico, había sido un día casi bueno. Estaba incluso contento, el agua de la infusión empezaba a hervir en la cacerolita metálica, no podía creer la fortuna que había tenido durante todo ese día. Abrí el cajón de las infusiones y allí estaba la última bolsita de infusión. ¡¡¡Fúa, por poco se estropea todo!!! cogí la bolsita y la introduje dentro de la tetera, después agarré la cacerolita por el mango y eché el agua en la tetera, la cerré y me senté a esperar los cinco minutos de rigor, para que el contenido de la bolsita se diluyera en el líquido, y así la tisana pudiera hacerme el mejor efecto. Mientras esperaba sonó el teléfono, contesté; era mí tía. Estuvimos hablando más de media hora, cuando acabamos la conversación, me acosté. Quedé dormido enseguida. Al despertar por la mañana,  fui a hacerme el desayuno y vi la tetera. Maldición, pensé, qué desdicha la mía.

El único día en que todo salío redondo

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